martes, 6 de octubre de 2009

LO SIENTO... ESTAMOS EN RECONSTRUCCION

Cuadro Cruz-Cerrada (Lila Luna)

Cuando tenía 20 años, lo único que quería era tener 35 y tener la vida definida. Claro, eso era entendible, pensando en que me habían expulsado de geografía, había renunciado a forestal y estaba recién empezando en pública. Además, había pasado por un montón de pololeos sin destino y mi posición de vida no era muy acogida por el seno familiar.

Pensar en los 35 como meta, me hablaba del año 2000, en que tendría clara una profesión, un trabajo, una familia, osea, estabilidad. Y efectivamente, si me remonto a los 35 años, todo eso estaba cumplido. Pero nunca pensé realmente que eso no tenía que ver con ser feliz.

Hoy, a los 44 años, me encuentro en RECONSTRUCCION, con cambio de jefe, mi carrera no me garantiza estabilidad alguna. Me horroriza ver El Mercurio los domingos y darme cuenta que nadie pide administradores públicos. Peor aun, si pienso que mis economías siguen con saldo negativo a fin de mes, no quiero ni pensar en qué va a pasar si me quedo sin trabajo. Todo parece ser atentatorio para mí en este ámbito: MUJER - SOBRE 40 AÑOS - SEPARADA -ADMINISTRADORA PUBLICA. El futuro no se ve prometedor.

Mi proceso de reconstrucción también considera mi vida afectiva y familiar. Tras un largo matrimonio en que la pasión fue escasa hasta para pelear, logramos una separación "civilizada", tanto que mi ex aparenta una capacidad de aceptación absolutamente desconocida para mí. Esa máscara se le ha ido cayendo de a poco, tras saber que me he enamorado de otro, intentó una encerrona familiar, incluso con la nana. Afortunadamente, no dio resultado y he sobrevivido a las acusaciones y críticas. Pero el riesgo se mantiene con los hijos. ¿Cómo saber qué programaciones está grabando en ellos? ¿qué cuentas me cobrarán en su adolescencia?

El gran tema, entonces es reconstruirme a partir de hechos más o menos concretos. Estoy recomenzando mi vida. Por lo mismo, tengo algunas bases que afianzar para el futuro:
  • Grabar en mis hijos cada buen momento

  • Poner cada vez mayor distancia con mi ex

  • Demostrar que soy insuperable en mi pega

  • Lograr el equilibrio presupuestario

  • Recuperar el espacio personal

Dejo para el final aquello que me es fundamental, que es la fuerza del día a día, el beso de buenas noches y el de buenos días. Porque no sólo yo estoy en reconstrucción. Él también está refundándose y juntos, claramente,

somos mucho más que dos.